Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 3, 25-33

25 Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean
libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto

de un hijo de los dioses.»

26 Y Nabucodonosor se acercó a la boca del horno de fuego ardiente y
dijo: «Sadrak, Mesak y Abed Negó, servidores del Dios Altísimo, salid
y


venid aquí.» Entonces Sadrak, Mesak y Abed Negó salieron de en medio
del fuego.

27 Los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se
reunieron para ver a estos hombres: el fuego no había tenido ningún poder
sobre su cuerpo, los cabellos de su cabeza no estaban chamuscados,
sus
mantos no se habían alterado, y ni el olor del fuego se les había pegado.

28 Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y
Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando
en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir
y adorar a ningún otro fuera de su Dios.

29 Y yo promulgo este edicto: Pueblos, naciones y lenguas, todo aquel
que hable ligeramente del Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, será
cortado en pedazos y su casa será reducida a escombros, porque no hay otro
dios que pueda salvar de este modo.»

30 Y el rey hizo prosperar a Sadrak, Mesak y Abed Negó en la
provincia de Babilonia.

31 Nabucodonosor, Rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas de
toda la tierra: ¡Sea grande vuestra paz!

32 Me ha parecido bien daros a conocer las señales y milagros que ha
hecho el Dios Altísimo.

33 ¡Que grandes sus prodigios, qué poderosos sus milagros! ¡Reino
eterno es su reino, su imperio de generación en generación!