Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Deuteronomio 28, 3-41

3 Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo.

4 Bendito será el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, el fruto
de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.

5 Benditas serán tu cesta y tu artesa.

6 Bendito serás cuando entres y bendito cuando salgas.

7 A los enemigos que se levanten contra ti, Yahveh los pondrá en
derrota: salidos por un camino a tu encuentro, por siete caminos huirán de
ti.

8 Yahveh mandará a la bendición que esté contigo, en tus graneros y
en tus empresas, y te bendecirá en la tierra que Yahveh tu Dios te da.

9 Yahveh hará de ti el pueblo consagrado a él, como te ha jurado, si tú
guardas los mandamientos de Yahveh tu Dios y sigues sus caminos.

10 Todos los pueblos de la tierra verán que sobre ti es invocado el
nombre de Yahveh y te temerán.

11 Yahveh te hará rebosar de bienes: frutos de tus entrañas, frutos de
tu ganado, y frutos de tu suelo, en esta tierra que él juró a tus padres que te
daría.

12 Yahveh abrirá para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo
la lluvia necesaria a tu tierra y para bendecir todas tus obras.
Prestarás a
naciones numerosas, y tú no tendrás que tomar prestado.

13 Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la zaga; siempre estarás
encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios,
que yo te prescribo hoy, guardándolos y poniéndolos en práctica,


14 sin apartarte ni a derecha ni a izquierda de ninguna de estas
palabras que yo os prescribo hoy, para ir en pos de otros dioses a servirles.

15 Pero si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar
todos sus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te
sobrevendrán y te alcanzarán todas las maldiciones siguientes:

16 Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.
17 Malditas serán tu cesta y tu artesa.

18 Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, el parto de
tus vacas y las crías de tus ovejas.

19 Maldito serás cuando entres y maldito cuando salgas.

20 Yahveh enviará contra ti la maldición, el desastre, la amenaza, en
todas tus empresas, hasta que seas exterminado y perezcas rápidamente, a
causa de la perversidad de tus acciones por las que me habrás abandonado.

21 Yahveh hará que se te pegue la peste, hasta que te haga desaparecer
de este suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesión.

22 Yahveh te herirá de tisis, fiebre, inflamación, gangrena, sequía,
tizón y añublo, que te perseguirán hasta que perezcas.

23 Los cielos de encima de tu cabeza serán de bronce, y la tierra de
debajo de ti será de hierro.

24 Yahveh dará como lluvia a tu tierra polvo y arena, que caerán del
cielo sobre ti hasta tu destrucción.

25 Yahveh hará que sucumbas ante tus enemigos: salido a su
encuentro por un camino, por siete caminos huirás de ellos, y serás
el
espanto de todos los reinos de la tierra.

26 Tu cadáver será pasto de todas las aves del cielo y de todas
las
bestias de la tierra sin que nadie las espante.

27 Yahveh te herirá con úlceras de Egipto, con tumores, sarna y tiña,
de las que no podrás sanar.

28 Yahveh te herirá de delirio, ceguera y pérdida de sentidos,

29 hasta el punto que andarás a tientas en pleno mediodía como el
ciego anda a tientas en la oscuridad, y tus pasos no llegarán a
término.
Estarás oprimido y despojado toda la vida, y no habrá quien te salve.

30 Te desposarás con una mujer y otro hombre la hará suya; edificarás
una casa y no la habitarás; plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella.

31 Tu buey será degollado a tus propios ojos, y no podrás comer de él;
tu asno será robado en tu presencia, y no se te devolverá; tus ovejas serán
entregadas a tus enemigos, y no habrá quien te salve;

32 tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; tus ojos
se
consumirán mirando todos los días hacia ellos, pero tus manos no
podrán
hacer nada.

33 El fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comerá un pueblo que no
conoces. No serás más que un explotado y oprimido toda la vida.

34 Y te volverás loco ante el espectáculo que verás con tus ojos.

35 Yahveh te herirá de úlceras malignas en las rodillas y en las
piernas, de las que no podrás sanar, desde la planta de los pies
hasta la
coronilla de la cabeza.


36 Yahveh te llevará a ti y al que hayas puesto sobre ti a una nación
que ni tú ni tus padres conocíais, y allí servirás a otros dioses, de madera y
de piedra.

37 Serás el asombro, el proverbio y la irrisión de todos los pueblos a
donde Yahveh te conduzca.

38 Echarás en tus campos mucha semilla y cosecharás poco, porque la
asolará la langosta.

39 Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás vino ni recogerás
nada, porque el gusano las devorará.

40 Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás de aceite,
porque tus olivos caerán.

41 Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al
cautiverio.