Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Eclesiastés 2, 11-17

11 Consideré entonces todas las obras de mis manos y el fatigoso afán
de mi hacer y vi que todo es vanidad y atrapar vientos, y que
ningún
provecho se saca bajo el sol.

12 Yo me volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. ¿Qué
hará el hombre que suceda al rey, sino lo que ya otros hicieron?

13 Yo vi que la sabiduría aventaja a la necedad, como la luz a las
tinieblas.

14 El sabio tiene sus ojos abiertos, mas el necio en las tinieblas
camina. Pero también yo sé que la misma suerte alcanza a ambos.

15 Entonces me dice: Como la suerte del necio será la mía, ¿para qué
vales, pues, mi sabiduría? Y pensé que hasta eso mismo es vanidad.

16 No hay recuerdo duradero ni del sabio ni del necio; al correr de los
días, todos son olvidados. Pues el sabio muere igual que el necio.

17 He detestado la vida, porque me repugna cuanto se hace bajo el sol,
pues todo es vanidad y atrapar vientos.