Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ezequiel 16, 19-32

19 El pan que yo te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel
con que yo te alimentaba, lo presentaste ante ellas como calmante aroma. Y
sucedió incluso - oráculo del Señor Yahveh -

20 que tomaste a tus hijos y a tus hijas que me habías dado a luz y se
los sacrificaste como alimento. ¿Acaso no era suficiente tu prostitución,

21 que inmolaste también a mis hijos y los entregaste haciéndoles
pasar por el fuego en su honor?

22 Y en medio de todas tus abominaciones y tus prostituciones no te
acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas completamente
desnuda, agitándote en tu sangre.

23 Y para colmo de maldad - ¡ay, ay de ti!, oráculo del Señor Yahveh

-

24 te construiste un prostíbulo, te hiciste una altura en todas las plazas.

25 En la cabecera de todo camino te construiste tu altura y allí

contaminaste tu hermosura, entregaste tu cuerpo a todo
transeúnte y
multiplicaste tus prostituciones.

26 Te prostituiste a los egipcios, tus vecinos, de cuerpos fornidos,
y
multiplicaste tus prostituciones para irritarme.

27 Entonces yo levanté mi mano contra ti. Disminuí tu ración y te
entregué a la animosidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se
avergonzaban de la infamia de tu conducta.

28 Y no harta todavía, te prostituiste a los asirios; te
prostituiste sin
hartarte tampoco.

29 Luego, multiplicaste tus prostituciones en el país de los
mercaderes, en Caldea, y tampoco esta vez quedaste harta.

30 ¡Oh, qué débil era tu corazón - oráculo del Señor Yahveh - para
cometer todas estas acciones, dignas de una prostituta descarada!

31 Cuando te construías un prostíbulo a la cabecera de todo camino,
cuando te hacías una altura en todas las plazas, despreciando el salario, no
eras como la prostituta.

32 La mujer adúltera, en lugar de su marido, toma ajenos.