Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ezequiel 20, 23-32

23 Pero una vez más alcé mi mano hacia ellos, en el desierto, jurando
dispersarlos entre las naciones y esparcirlos por los países.

24 Porque no habían puesto en práctica mis normas, habían
despreciado mis preceptos y profanado mis sábados, y sus ojos se
habían
ido tras las basuras de sus padres.

25 E incluso llegué a darles preceptos que no eran buenos y normas
con las que no podrían vivir,

26 y los contaminé con sus propias ofrendas, haciendo que pasaran
por el fuego a todo primogénito, a fin de infundirles horror, para
que
supiesen que yo soy Yahveh.

27 Por eso, hijo de hombre, habla a la casa de Israel. Les dirás: Así
dice el Señor Yahveh: En esto todavía me ultrajaron vuestros padres
siéndome infieles.

28 Yo les conduje a la tierra que, mano en alto, había jurado darles.
Allí vieron toda clase de colinas elevadas, toda suerte de árboles frondosos,
y en ellos ofrecieron sus sacrificios y presentaron sus
ofrendas


provocadoras; allí depositaron el calmante aroma y derramaron
sus
libaciones.

29 Y yo les dije: ¿Qué es el alto adonde vosotros vais?; y se le puso el
nombre de = Bamá =, hasta el día de hoy.

30 Pues bien, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Conque
vosotros os contamináis conduciéndoos como vuestros
padres,
prostituyéndoos detrás de sus monstruos,

31 presentando vuestras ofrendas, haciendo pasar a vuestros hijos por
el fuego; os contamináis con todas vuestras basuras, hasta el día de hoy, ¿y
yo voy a dejarme consultar por vosotros, casa de Israel? Por mi
vida,
oráculo del Señor Yahveh, que no me dejaré consultar por vosotros.

32 Y no se realizará jamás lo que se os pasa por la imaginación,
cuando decís: «Seremos como las naciones, como las tribus de los
otros
países, adoradores del leño y de la piedra.»