Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ezequiel 32, 18-29

18 Hijo de hombre, haz una lamentación sobre la multitud de Egipto,
hazle bajar, a él y a las hijas de las naciones, majestuosas, a los infiernos,
con los que bajan a la fosa.

19 ¿A quién superas en belleza? Baja, acuéstate con los incircuncisos.
20 En medio de las víctimas de la espada caen (la espada ha sido

entregada, la han sacado) él y todas sus multitudes.

21 Le hablan de en medio del seol los más esclarecidos héroes, con
sus auxiliares: «Han bajado, yacen ya los incircuncisos, víctimas de
la
espada».

22 Allí está Asur y toda su asamblea con sus sepulcros en torno a él,
todos caídos, víctimas de la espada;


23 sus sepulcros han sido puestos en las profundidades de la fosa, y su
asamblea está en torno a su sepulcro, todos caídos víctimas de la espada,
los que sembraban el pánico en la tierra de los vivos.

24 Allí está Elam con toda su multitud en torno a su sepulcro; todos
caídos víctimas de la espada, han bajado, incircuncisos, a los infiernos, ellos
que sembraban el pánico en la tierra de los vivos. Soportan su
ignominia
con los que bajan a la fosa.

25 En medio de estas víctimas se le ha preparado un lecho, entre toda
su multitud con sus sepulcros en torno a él; todos ellos
incircuncisos,
víctimas de la espada, por haber sembrado el pánico en la tierra de
los
vivos; soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. Se les ha puesto en
medio de estas víctimas.

26 Allí están Mesek, Túbal y toda su multitud con sus sepulcros en
torno a él, todos incircuncisos, atravesados por la espada, por haber
sembrado el pánico en la tierra de los vivos.

27 No yacen con los héroes caídos de antaño, aquellos que bajaron al
seol con sus armas de guerra, a los que se les ha puesto la espada bajo su
cabeza y los escudos sobre sus huesos, porque el pánico de los
héroes
cundía en la tierra de los vivos.

28 Pero tú serás quebrantado en medio de incircuncisos y yacerás con
las víctimas de la espada.

29 Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes, que fueron puestos,
a pesar de su prepotencia, entre las víctimas de la espada. Yacen
entre
incircuncisos, con los que bajan a la fosa.