Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 2, 1-23

1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,

2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho,
y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.

3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios
de toda la obra creadora que Dios había hecho.

4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron
creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,

5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba
del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho
llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.

6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del
suelo.

7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e
insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.

8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde
colocó al hombre que había formado.


9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a
la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia del bien y del mal.

10 De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en
cuatro brazos.

11 El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde
hay oro.

12 El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.
13 El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus.

14 El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el
cuarto río es el Eufrates.

15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén,
para que lo labrase y cuidase.

16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol
del jardín puedes comer,

17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque
el día que comieres de él, morirás sin remedio.»

18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo.

Voy a hacerle una ayuda adecuada.»

19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y
todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver
cómo los
llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le
diera.

20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y
a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda
adecuada.

21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el
hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas,
rellenando el
vacío con carne.

22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó
una mujer y la llevó ante el hombre.

23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y
carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido
tomada.»