Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 13, 1-37

1 Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros:
Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de
leche del tetrarca Herodes, y Saulo.

2 Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el
Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que
los he llamado.»

3 Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las
manos y les enviaron.

4 Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de
allí navegaron hasta Chipre.

5 Llegados a Salamina anunciaban la Palabra de Dios en las sinagogas
de los judíos. Tenían también a Juan que les ayudaba.

6 Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, encontraron a un
mago, un falso profeta judío, llamado Bar Jesús,

7 que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente. Este
hizo llamar a Bernabé y Saulo, deseoso de escuchar la Palabra de Dios.

8 Pero se les oponía el mago Elimas - pues eso quiere decir su nombre

- intentando apartar al procónsul de la fe.

9 Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno de Espíritu Santo,
mirándole fijamente,

10 le dijo: «Tú, repleto de todo engaño y de toda maldad, hijo del
Diablo, enemigo de toda justicia, ¿no acabarás ya de torcer los
rectos
caminos del Señor?

11 Pues ahora, mira la mano del Señor sobre ti. Te quedarás ciego y
no verás el sol hasta un tiempo determinado.» Al instante cayeron sobre él
oscuridad y tinieblas y daba vueltas buscando quien le llevase de la mano.

12 Entonces, viendo lo ocurrido, el procónsul creyó, impresionado por
la doctrina del Señor.

13 Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a
Perge de Panfilia. Pero Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén,

14 mientras que ellos, partiendo de Perge, llegaron a Antioquía de
Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.

15 Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la
sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si tenéis alguna palabra
de
exhortación para el pueblo, hablad.»

16 Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo: «Israelitas y
cuantos teméis a Dios, escuchad:

17 El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres, engrandeció
al pueblo durante su destierro en la tierra de Egipto y los sacó con su brazo
extendido.

18 Y durante unos cuarenta años = los rodeó de cuidados en el
desierto; =

19 después, = habiendo exterminado siete naciones en la tierra de
Canaán, les dio en herencia = su tierra,

20 por unos 450 años. Después de esto les dio jueces hasta el profeta
Samuel.


21 Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu
de Benjamín, durante cuarenta años.

22 Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente
dio este testimonio: = He encontrado a David, = el hijo de Jesé, =
un
hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. =

23 De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado
para Israel un Salvador, Jesús.

24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de
conversión a todo el pueblo de Israel.

25 Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os
pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de
desatar las sandalias de los pies.”

26 «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros
temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.

27 Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las
Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;

28 y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le
hiciera morir.

29 Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a él estaba
escrito, le bajaron del madero, y le pusieron en el sepulcro.

30 Pero Dios le resucitó de entre los muertos.

31 El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él
de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.

32 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la
Promesa hecha a los padres

33 Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús,
como está escrito en los salmos: = Hijo mío eres tú; yo te he engendrado
hoy. =

34 Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la
corrupción, lo tiene declarado: = Os daré las cosas santas de David,
las
verdaderas. =

35 Por eso dice también en otro lugar: = No permitirás que tu santo
experimente la corrupción. =

36 Ahora bien, David, después de haber servido en sus días a los
designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y = experimentó
la
corrupción. =

37 En cambio aquel a quien Dios resucitó, = no experimentó la
corrupción. =