Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 16, 23-28

23 Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y
mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado.

24 Este, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó
sus pies en el cepo.

25 Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando
himnos a Dios; los presos les escuchaban.

26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos
cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas
las puertas y se soltaron las cadenas de todos.

27 Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas, sacó
la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido.

28 Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos
aquí.»