Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 2, 1-16

1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo
lugar.

2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento
impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.

3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y
se posaron sobre cada uno de ellos;

4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de
todas las naciones que hay bajo el cielo.

6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor
al oírles hablar cada uno en su propia lengua.

7 Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos
estos que están hablando?

8 Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua
nativa?


9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea,
Capadocia, el Ponto, Asia,

10 Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene,
forasteros romanos,

11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en
nuestra lengua las maravillas de Dios.»

12 Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros:

«¿Qué significa esto?»

13 Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»

14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les
dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro
y prestad atención a mis palabras:

15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora
tercia del día,

16 sino que es lo que dijo el profeta: