Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 2, 5-24

5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de
todas las naciones que hay bajo el cielo.

6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor
al oírles hablar cada uno en su propia lengua.

7 Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos
estos que están hablando?

8 Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua
nativa?


9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea,
Capadocia, el Ponto, Asia,

10 Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene,
forasteros romanos,

11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en
nuestra lengua las maravillas de Dios.»

12 Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros:

«¿Qué significa esto?»

13 Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»

14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les
dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro
y prestad atención a mis palabras:

15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora
tercia del día,

16 sino que es lo que dijo el profeta:

17 = Sucederá = en los últimos días, dice Dios: = Derramaré mi
Espíritu sobre toda carne, = y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. =

18 = Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi
Espíritu. =

19 = Haré prodigios = arriba = en el cielo = y señales abajo = en la
tierra. =

20 = El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que
llegue el Día grande del Señor. =

21 = Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. =

22 «Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre
acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales
que
Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,

23 a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo
conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano
de los impíos;

24 a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades,
pues no era posible que quedase bajo su dominio;