Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 23, 8-13

8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni
espíritu; mientras que los fariseos profesan todo eso.

9 Se levantó, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos
escribas del partido de los fariseos y se oponían diciendo:
«Nosotros no
hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le habló algún espíritu o un
ángel?»

10 Como el altercado iba creciendo, temió el tribuno que Pablo fuese
despedazado por ellos y mandó a la tropa que bajase, que le arrancase de
entre ellos y le llevase al cuartel.

11 A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!,
pues como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también
en Roma.»

12 Al amanecer, los judíos se confabularon y se comprometieron bajo
anatema a no comer ni beber hasta que hubieran matado a Pablo.

13 Eran más de cuarenta los comprometidos en esta conjuración.