Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 26, 10-21

10 Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los sumos
sacerdotes, yo mismo encerré a muchos santos en las cárceles; y cuando se
les condenaba a muerte, yo contribuía con mi voto.

11 Frecuentemente recorría todas las sinagogas y a fuerza de castigos
les obligaba a blasfemar y, rebosando furor contra ellos, los perseguía hasta
en las ciudades extranjeras.

12 «En este empeño iba hacia Damasco con plenos poderes y
comisión de los sumos sacerdotes;

13 y al medio día, yendo de camino vi, oh rey, una luz venida del
cielo, más resplandeciente que el sol, que me envolvió a mí y a mis
compañeros en su resplandor.

14 Caímos todos a tierra y yo oí una voz que me decía en lengua
hebrea: “Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? Te es duro dar coces contra el
aguijón.”

15 Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y me dijo el Señor: “Yo soy
Jesús a quien tú persigues.

16 Pero levántate, y ponte en pie; pues me he aparecido a ti para
constituirte servidor y testigo tanto de las cosas que de mí has visto como
de las que te manifestaré.

17 = Yo te libraré = de tu pueblo y = de los gentiles, a los cuales yo te
envío, =

18 = para que les abras los ojos; = para que se conviertan = de
las
tinieblas a la luz, = y del poder de Satanás a Dios; y para que
reciban el
perdón de los pecados y una parte en la herencia entre los
santificados,
mediante la fe en mí.”

19 «Así pues, rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,

20 sino que primero a los habitantes de Damasco, después a los de
Jerusalén y por todo el país de Judea y también a los gentiles he predicado
que se convirtieran y que se volvieran a Dios haciendo obras dignas
de
conversión.

21 Por esto los judíos, habiéndome prendido en el Templo, intentaban
darme muerte.