Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 7, 51-60

51 «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros
siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros!

52 ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a
los que anunciaban de antemano la venida del Justo, de aquel a quien
vosotros ahora habéis traicionado y asesinado;

53 vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la
habéis guardado.»

54 Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus
dientes contra él.

55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio
la
gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios;

56 y dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que
está en pie a la diestra de Dios.»

57 Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se
precipitaron todos a una sobre él;

58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los
testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo.

59 Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor
Jesús, recibe mi espíritu.»

60 Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les
tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió.