Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 2, 34-36

34 En tus mismas haldas se encontraban manchas de sangre de las
almas de pobres inocentes: no los sorprendiste en escalo. Y con todo eso,

35 dices: «Soy inocente; basta ya de ira contra mí.» Pues bien, aquí
me tienes para discutir contigo eso que has dicho: «No he pecado.»

36 ¡Cuánta ligereza la tuya para cambiar de dirección! También de
Egipto te avergonzarás como te avergonzaste de Asur.