Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 20, 7-10

7 Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir; me has agarrado y me
has podido. He sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban.

8 Pues cada vez que hablo es para clamar: «¡Atropello!», y para gritar:

«¡Expolio!». La palabra de Yahveh ha sido para mí oprobio y befa
cotidiana.

9 Yo decía: «No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre.»
Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en
mis
huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía.

10 Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por
doquier!,

¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba
estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y
tomaremos venganza de él!»