Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 34, 1-11

1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, mientras
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todas sus fuerzas y todos los reinos de
la tierra sometidos a su poder y todos los pueblos atacaban a Jerusalén y a
todas sus ciudades:

2 Así dice Yahveh el Dios de Israel: Ve y dices a Sedecías, rey de
Judá; le dices: Así dice Yahveh: «Mira que yo entrego esta ciudad
en
manos del rey de Babilonia, y la incendiará.

3 En cuanto a ti, no te escaparás de su mano, sino que sin falta serás
capturado, y en sus manos te pondré y tus ojos verán los ojos del
rey de
Babilonia, y su boca hablará a tu boca, y a Babilonia irás.

4 Empero, oye una palabra de Yahveh, oh Sedecías, rey de Judá: Así
dice Yahveh respecto a ti: No morirás por la espada.

5 En paz morirás. Y como se quemaron perfumes por tus padres, los
reyes antepasados que te precedieron, así los quemarán por ti, y
con el

«¡ay, señor!» te plañirán, porque lo digo yo - oráculo de Yahveh -.

6 Y habló el profeta Jeremías a Sedecías, rey de Judá, todas estas
palabras en Jerusalén,

7 mientras las fuerzas del rey de Babilonia atacaban a Jerusalén y a
todas las ciudades de Judá que quedaban: a Lakís y Azecá, pues estas dos
plazas fuertes habían quedado de todas las ciudades de Judá.

8 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, después de
llegar el rey Sedecías a un acuerdo con todo el pueblo de Jerusalén,
proclamándoles una manumisión,

9 en orden a dejar cada uno a su siervo o esclava hebreos libres
dándoles la libertad de suerte que ningún judío fuera siervo de su hermano.

10 Todos los jefes y todo el pueblo que entraba en el acuerdo
obedecieron, dejando libres quién a su siervo, quién a su esclava, dándoles
la libertad de modo que no hubiese entre ellos más esclavos: obedecieron y
les dejaron libres.

11 Pero luego volvieron a apoderarse de los siervos y esclavas que
habían manumitido y los redujeron a servidumbre y esclavitud.