Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 38, 12-19

12 Dijo Ebed Mélek el kusita a Jeremías: «Hala, ponte los deshechos
de paños y telas entre los sobacos y las sogas.» Así lo hizo Jeremías,

13 y halando a Jeremías con las sogas le subieron de la cisterna. Y
Jeremías se quedó en el patio de la guardia.

14 Entonces el rey Sedecías mandó traer al profeta Jeremías a la
entrada tercera que había en la Casa de Yahveh, y dijo el rey a Jeremías:

«Yo te pregunto una cosa: no me ocultes nada.»

15 Dijo Jeremías a Sedecías: «Si te soy sincero, seguro que me
matarás; y aunque te aconseje, no me escucharás.»

16 El rey Sedecías juró a Jeremías en secreto: «Por vida de Yahveh, y
por la vida que nos ha dado, que no te haré morir ni te entregaré en manos
de estos hombres que andan buscando tu muerte.»

17 Dijo Jeremías a Sedecías: «Así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el
Dios de Israel: Si sales a entregarte a los jefes del rey de Babilonia, vivirás
tú mismo y esta ciudad no será incendiada: tanto tú como los tuyos viviréis.

18 Pero si no te entregas a los jefes del rey de Babilonia, esta ciudad
será puesta en manos de los caldeos e incendiada, y tú no escaparás de sus
manos.»

19 Dijo el rey Sedecías a Jeremías: «Me preocupan los judíos que se
han pasado a los caldeos, no vaya a ser que me entreguen en sus manos, y
éstos hagan mofa de mí.»