Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 51, 20-35

20 Un martillo eras tú para mí, un arma de guerra: contigo machaqué
naciones, contigo destruí reinos,

21 contigo machaqué caballo y caballero, contigo machaqué el carro y
a quien lo monta.

22 contigo machaqué a hombre y mujer, contigo machaqué al viejo y
al muchacho, contigo machaqué al joven y a la doncella,

23 contigo machaqué al pastor y su hato, contigo machaqué al
labrador y su yunta, contigo machaqué a gobernadores y magistrados.


24 Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen por
todo el daño que hicieron en Sión, delante de vuestros ojos -
oráculo de
Yahveh -.

25 Heme aquí en contra tuya, montaña destructora - oráculo de
Yahveh -, destructora toda la tierra. Voy a echarte mano y a hacerte rodar
desde las peñas, y a convertirte en montaña quemada.

26 No tomarán de ti piedra angular ni piedra de cimientos, porque
desolación por siempre serás - oráculo de Yahveh -.

27 Alzad bandera en la tierra, tocad cuerno en las naciones. Haced
leva santa contra ella en las naciones, citad contra ella a los
reinos. de
Ararat, Minní y Askenaz, estableced contra ella reclutador, haced que
ataque la caballería cual langosta.

28 Haced leva santa contra ella en las naciones, los reyes de Media,
sus gobernadores y todos sus magistrados y todo el país de su dominio.

29 Y retiembla la tierra, y da vueltas, por haberse cumplido contra
Babilonia los planes de Yahveh, de convertir la tierra de
Babel en
desolación sin habitantes.

30 Cesaron de guerrear los valientes de Babilonia, se han quedado en
las fortalezas. Agotóse su bravura, se volvieron mujeres; quemaron sus
aposentos, se rompieron sus barras.

31 Correo al alcance de correo corre, e informador al alcance de
informador, para informar al rey de Babilonia que ha sido tomada su ciudad
de cabo a cabo,

32 y sus vados fueron ocupados y los cañaverales incendiados, y los
guerreros se atemorizaron.

33 Porque así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: La hija de Babel
es como era al tiempo de apisonarla; un poco más, y le habrá
llegado el
tiempo de la siega.

34 Me comió, me arrebañó el rey de Babilonia, me dejó como
cacharro vacío, me tragó como un dragón, llenó su vientre con mis buenos
trozos, me expulsó.

35 «Mi atropello y mis sufrimientos sobre Babilonia», dirá la
población de Sión; y «mi sangre sobre los habitantes de Caldea», dirá
Jerusalén.