Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Job 20, 9-28

9 El ojo que le observaba ya no le ve más, ni le divisa el lugar donde
estaba.

10 A los pobres tendrán que indemnizar sus hijos, sus niños habrán de
devolver sus bienes.

11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con él postrado está
en el polvo.

12 Si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba,


13 si allí lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo retenía,

14 su alimento en sus entrañas se corrompe, en su interior se le hace
hiel de áspid.

15 Vomita las riquezas que engulló, Dios se las arranca de su vientre.
16 Veneno de áspides chupaba: lengua de víbora le mata.

17 Ya no verá los arroyos de aceite, los torrentes de miel y de cuajada.

18 Devuelve su ganancia sin tragarla, no saborea el fruto de su
negocio.

19 Porque estrujó las chozas de los pobres, robó casas en vez de
construirlas;

20 porque su vientre se mostró insaciable, sus tesoros no le salvarán;

21 porque a su voracidad nada escapaba, por eso no dura su
prosperidad.

22 En plena abundancia la estrechez le sorprende, la desgracia, en
tromba, cae sobre él.

23 En el momento de llenar su vientre, suelta Dios contra él el ardor
de su cólera y lanza sobre su carne una lluvia de saetas.

24 Si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa.

25 Sale una flecha por su espalda, una hoja fulgurante de su hígado.

Los terrores se abalanzan sobre él,

26 total tiniebla aguarda a sus tesoros. Un fuego que nadie atiza le
devora, y consume lo que en su tienda aún queda,

27 Los cielos ponen su culpa al descubierto, y la tierra se alza contra

él.

28 La hacienda de su casa se derrama, como torrentes, en el día de la

cólera.