Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Job 34, 20-37

20 Mueren ellos de repente a media noche, perecen los grandes y
pasan, y él depone a un tirano sin esfuerzo.

21 Pues sus ojos vigilan los caminos del hombre, todos sus pasos
observa.

22 No hay tinieblas ni sombra donde ocultarse los agentes del mal.

23 No asigna él un plazo al hombre para que a juicio se presente ante

Dios.

24 Quebranta a los grandes sin examen, y pone a otros en su sitio.
25 Es que él conoce sus acciones, de noche los sacude y se les pisa.
26 Como a criminales los azota, en lugar público los encadena,

27 porque se apartaron de su seguimiento, y no comprendieron todos
sus caminos,

28 hasta hacer llegar a él el gemido del débil y hacerle oír el clamor de
los humildes.

29 Mas si él sigue inmóvil, sin que nadie le perturbe, si vela su faz, sin
que nadie le perciba, es que se apiada de naciones e individuos,

30 libra al impío del cepo de la angustia,

31 Cuando éste dice a Dios: «He sido seducido, no volveré a hacer


mal;

32 si he pecado instrúyeme, si he cometido injusticia, no reincidiré».

33 ¿Acaso, según tú, tendría él que castigar, ya que rechazas sus

decisiones? Como eres tú el que aprecias, y no yo, di todo lo que sepas.

34 Mas los hombres sensatos me dirán, así como todo sabio que me
escuche:

35 «No habla Job cuerdamente, no son sensatas sus palabras.

36 Que sea Job probado a fondo, por sus respuestas dignas de
malvados.

37 Porque a su pecado la rebeldía añade, pone fin al derecho entre
nosotros, y multiplica contra Dios sus palabras.»