Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Josué 6, 18-26

18 Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados
de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiríais
en
anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.

19 Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro,
están consagrados a Yahveh: ingresarán en su tesoro.»

20 El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo
la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo.
La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella.

21 Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y
mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.

22 Josué dijo a los dos hombres que habían explorado el país: «Entrad
en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con
todos los
suyos, como se lo habéis jurado.»

23 Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su
madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos
los de su familia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de Israel.

24 Prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la
plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron el tesoro de
la casa de Yahveh.

25 Pero a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos
los suyos, Josué los conservó con vida. Ella se quedó en Israel hasta el día
de hoy, por haber escondido a los emisarios que Josué había enviado
a
explorar Jericó.

26 En aquel tiempo Josué pronunció este juramento: ¡Maldito sea
delante de Yahveh el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de
Jericó)! ¡Sobre su primogénito echará su cimiento y sobre su pequeño
colocará las puertas!