Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 8, 46-58

46 ¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? Si digo la
verdad, ¿por qué no me creéis?

47 El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; vosotros no las
escucháis, porque no sois de Dios.»

48 Los judíos le respondieron: «¿No decimos, con razón, que eres
samaritano y que tienes un demonio?»

49 Respondió Jesús: «Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi
Padre, y vosotros me deshonráis a mí.

50 Pero yo no busco mi gloria; ya hay quien la busca y juzga.

51 En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá
la muerte jamás.»

52 Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un
demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si
alguno
guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.”

53 ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió?

También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»

54 Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no
valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: “El es
nuestro Dios”,

55 y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que
no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco,
y
guardo su Palabra.

56 Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio
y se alegró.»

57 Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y
has visto a Abraham?»


58 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que
Abraham existiera, Yo Soy.»