Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 11, 20-40

20 Pero Sijón le negó a Israel el paso por su territorio, reunió toda su
gente, que acampó en Yahsá, y atacó a Israel.

21 Yahveh, Dios de Israel, puso a Sijón y a todo su pueblo en manos
de Israel, que los derrotó, y conquistó Israel todo el país de los
amorreos
que habitaban allí.

22 Así conquistaron todo el territorio de los amorreos, desde el Arnón
hasta el Yabboq y desde el desierto hasta el Jordán.

23 Con que Yahveh, Dios de Israel, quitó su heredad a los amorreos
en favor de su pueblo Israel, ¿y tú se la vas a quitar?

24 ¿No posees ya todo lo que tu dios Kemós ha quitado para ti a sus
poseedores? Igualmente nosotros poseemos todo lo que Yahveh nuestro
Dios ha quitado para nosotros a sus poseedores.


25 ¿Vas a ser tú más que Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab? ¿Pudo
acaso él hacerse fuerte contra Israel y luchar contra él?

26 Cuando se estableció Israel en Jesbón y en sus filiales, en Aroer y
en sus filiales y en todas las ciudades que están a ambos lados del Arnón,
(trescientos años) ¿por qué no las habéis recuperado desde entonces?

27 Yo no te he ofendido; eres tú el que te portas mal conmigo si me
atacas. Yahveh, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de
Ammón.»

28 Pero el rey de los ammonitas no hizo caso de las palabras que Jefté
le mandó decir.

29 El espíritu de Yahveh vino sobre Jefté, que recorrió Galaad y
Manasés, pasó por Mispá de Galaad y de Mispá de Galaad pasó donde los
ammonitas.

30 Y Jefté hizo un voto a Yahveh: «Si entregas en mis manos a los
ammonitas,

31 el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro
cuando vuelva victorioso de los ammonitas, será para Yahveh y lo ofreceré
en holocausto.»

32 Jefté pasó donde los ammonitas para atacarlos, y Yahveh los puso
en sus manos.

33 Los derrotó desde Aroer hasta cerca de Minnit (veinte ciudades) y
hasta Abel Keramim. Fue grandísima derrota y los ammonitas fueron
humillados delante de los israelitas.

34 Cuando Jefté volvió a Mispá, a su casa, he aquí que su hija salía a
su encuentro bailando al son de las panderetas. Era su única hija; fuera de
ella no tenía ni hijo ni hija.

35 Al verla, rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Ay, hija mía! ¡Me has
destrozado! ¿Habías de ser tú la causa de mi desgracia? Abrí la boca ante
Yahveh y no puedo volverme atrás.»

36 Ella le respondió: «Padre mío, has abierto tu boca ante Yahveh, haz
conmigo lo que salió de tu boca, ya que Yahveh te ha concedido vengarte
de tus enemigos los ammonitas.»

37 Después dijo a su padre: «Que se me conceda esta gracia: déjame
dos meses para ir a vagar por las montañas y llorar con mis compañeras mi
virginidad.»

38 El le dijo: «Vete.» Y la dejó marchar dos meses. Ella se fue con sus
compañeras y estuvo llorando su virginidad por los montes.

39 Al cabo de los dos meses, volvió donde su padre y él cumplió en
ella el voto que había hecho. La joven no había conocido varón. Y se hizo
costumbre en Israel:

40 de año en año las hijas de Israel van a lamentarse cuatro días al año
por la hija de Jefté el galaadita.