Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 9, 41-55

41 Abimélek habitó en Arumá; y Zebul expulsó a Gaal y a sus
hermanos y no les dejó habitar en Siquem.

42 Al día siguiente el pueblo salió al campo. Se dio aviso de ello
a
Abimélek,

43 que tomó su tropa, la repartió en tres grupos y tendió una
emboscada en el campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, cayó
sobre ellos y los derrotó.


44 Abimélek y el grupo que estaba con él, atacó y tomó posiciones a
la entrada de la puerta de la ciudad; los otros dos grupos se lanzaron contra
todos los que estaban en el campo y los derrotaron.

45 Todo aquel día estuvo Abimélek atacando a la ciudad. Cuando la
tomó, mató a la población, arrasó la ciudad y la sembró de sal.

46 Al saberlo los vecinos de Migdal Siquem se metieron en la cripta
del templo de El Berit.

47 Se comunicó a Abimélek que todos los señores de Migdal Siquem
estaban juntos;

48 entonces Abimélek subió al monte Salmón, con toda su tropa, y
tomando un hacha en sus manos, cortó una rama de árbol, la alzó y
echándosela al hombro dijo a la tropa que le acompañaba: «Lo que me
habéis visto hacer, deprisa, hacedlo también vosotros.»

49 Y todos sus hombres cortaron cada uno su rama; luego siguieron a
Abimélek, pusieron las ramas sobre la cripta y prendieron fuego a la cripta
con ellos debajo. Así murieron también todos los habitantes de Migdal
Siquem, unos mil hombres y mujeres.

50 Marchó Abimélek contra Tebés, la asedió y tomó.

51 Había en medio de la ciudad una torre fuerte, y en ella se
refugiaron todos los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad.
Cerraron por dentro y subieron a la terraza de la torre.

52 Abimélek llegó hasta la torre, la atacó y alcanzó la puerta de
la
torre con ánimo de prenderle fuego.

53 Entonces una mujer le arrojó una muela de molino a la cabeza y le
partió el cráneo.

54 El llamó enseguida a su escudero y le dijo: «Desenvaina tu espada
y mátame, para que no digan de mí: Lo ha matado una mujer.» Su escudero
lo atravesó y murió.

55 Cuando la gente de Israel vio que Abimélek había muerto, se
volvió cada uno a su lugar.