Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 16, 2-25

2 le llamó y le dijo: “¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu
administración, porque ya no podrás seguir administrando.”

3 Se dijo a sí mismo el administrador: “¿Qué haré, pues mi señor me
quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.

4 Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la
administración me reciban en sus casas.”

5 «Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al
primero: “¿Cuánto debes a mi señor?”

6 Respondió: “Cien medidas de aceite.” El le dijo: “Toma tu recibo,
siéntate en seguida y escribe cincuenta.”

7 Después dijo a otro: “Tú, ¿cuánto debes?” Contestó: “Cien cargas de
trigo.” Dícele: “Toma tu recibo y escribe ochenta.”

8 «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado
astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su
generación que los hijos de la luz.

9 «Yo os digo: Haceos amigos con el Dinero injusto, para que, cuando
llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas.

10 El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es
injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho.

11 Si, pues, no fuisteis fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará
lo verdadero?

12 Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?


13 «Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a
uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al
otro. No
podéis servir a Dios y al Dinero.»

14 Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del
dinero, y se burlaban de él.

15 Y les dijo: «Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los
hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable
para los hombres, es abominable ante Dios.

16 «La Ley y los profetas llegan hasta Juan; desde ahí comienza a
anunciarse la Buena Nueva del Reino de Dios, y todos se esfuerzan
con
violencia por entrar en él.

17 «Más fácil es que el cielo y la tierra pasen, que no que caiga
un
ápice de la Ley.

18 «Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete
adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete
adulterio.

19 «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba
todos los días espléndidas fiestas.

20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal,
cubierto de llagas,

21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los
perros venían y le lamían las llagas.

22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al
seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.

23 «Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo
lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

24 Y, gritando, dijo: “Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a
Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi
lengua,
porque estoy atormentado en esta llama.”

25 Pero Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes
durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él
es aquí
consolado y tú atormentado.