Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 2, 26-40

26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte
antes de haber visto al Cristo del Señor.

27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres
introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,

28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se
vaya en paz;

30 porque han visto mis ojos tu salvación,

31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.

34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para
caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -

35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que
queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de
Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su
marido,

37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba
del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y
hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia
de Dios estaba sobre él.