Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 4, 24-44

24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido
en su patria.»

25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de
Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo
gran
hambre en todo el país;

26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de
Sarepta de Sidón. =

27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y
ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»

28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira;

29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una
altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad,
para
despeñarle.

30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.

31 Bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.

32 Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con
autoridad.

33 Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un
demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces:

34 «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has
venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»

35 Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él.» Y el
demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño.

36 Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra
ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen.»

37 Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

38 Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de
Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella.

39 Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la
dejó;
ella, levantándose al punto, se puso a servirles.

40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas
dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos,
los curaba.

41 Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres
el Hijo de Dios.» Pero él, conminaba y no les permitía hablar,
porque
sabían que él era el Cristo.

42 Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le
andaba buscando y, llegando donde él, trataban de retenerle para que no les
dejara.

43 Pero él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la
Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.»

44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.