Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 7, 8-18

8 Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis
órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo:
“Haz esto”, y lo hace.»

9 Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la
muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe
tan grande.»

10 Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.

11 Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e
iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre.

12 Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un
muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha
gente de la ciudad.

13 Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores.»

14 Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él
dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.»

15 El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él = se lo dio
a su
madre. =

16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un
gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a
su
pueblo».

17 Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la
región circunvecina.


18 Sus discípulos llevaron a Juan todas estas noticias. Entonces él,
llamando a dos de ellos,