Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 12, 2-23

2 Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de
ellos una parte de los frutos de la viña.

3 Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos
vacías.

4 De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y
le insultaron.


5 Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos,
hiriendo a unos, matando a otros.

6 Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último,
diciendo: “A mi hijo le respetarán”.

7 Pero aquellos labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero.
Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia.”

8 Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.

9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los
labradores y entregará la viña a otros.

10 ¿No habéis leído esta Escritura: = La piedra que los constructores
desecharon, en piedra angular se ha convertido; =

11 = fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?» =
12 Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque

habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole,
se fueron.

13 Y envían donde él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en
alguna palabra.

14 Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te
importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que
enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o
no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?»

15 Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me
tentáis? Traedme un denario, que lo vea.»

16 Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen
y la
inscripción?» Ellos le dijeron: «Del César.»

17 Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a
Dios.» Y se maravillaban de él.

18 Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya
resurrección, y le preguntaban:

19 «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de
alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para
dar descendencia a su hermano.

20 Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar
descendencia;

21 también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el
tercero lo mismo.

22 Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió
también la mujer.

23 En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer?

Porque los siete la tuvieron por mujer.»