Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 4, 19-30

19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y
las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda
sin
fruto.

20 Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra,
la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.»

21 Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo
del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero?

22 Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha
sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto.

23 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»

24 Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida
con que midáis, se os medirá y aun con creces.

25 Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se
le quitará.»


26 También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el
grano en la tierra;

27 duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin
que él sepa cómo.

28 La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga,
después trigo abundante en la espiga.

29 Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque
ha llegado la siega.»

30 Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con
qué parábola lo expondremos?