Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Romanos 16, 1-19

1 Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la Iglesia de
Cencreas.

2 Recibidla en el Señor de una manera digna de los santos, y asistidla
en cualquier cosa que necesite de vosotros, pues ella ha sido protectora de
muchos, incluso de mí mismo.

3 Saludad a Prisca y Aquila, colaboradores míos en Cristo Jesús.

4 Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no soy solo en
agradecérselo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad;

5 saludad también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi
querido Epéneto, primicias del Asia para Cristo.

6 Saludad a María, que se ha afanado mucho por vosotros.

7 Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de
prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo.

8 Saludad a Ampliato, mi amado en el Señor.

9 Saludad a Urbano, colaborador nuestro en Cristo; y a mi querido
Estaquio.

10 Saludad a Apeles, que ha dado buenas pruebas de sí en Cristo.

Saludad a los de la casa de Aristóbulo.


11 Saludad a mi pariente Herodión. Saludad a los de la casa de
Narciso, en el Señor.

12 Saludad a Trifena y a Trifosa, que se han fatigado en el Señor.

Saludad a la amada Pérside, que trabajó mucho en el Señor.

13 Saludad a Rufo, el escogido del Señor; y a su madre, que lo es
también mía.

14 Saludad a Asíncrito y Flegonta, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a
los hermanos que están con ellos.

15 Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que
a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.

16 Saludaos los unos a los otros con el beso santo. Todas las Iglesias
de Cristo os saludan.

17 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones
y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos,

18 pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su
propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen
los
corazones de los sencillos.

19 Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes; por lo cual,
me alegro de vosotros. Pero quiero que seáis ingeniosos para el
bien e
inocentes para el mal.