Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Romanos 8, 3-8

3 Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la
carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la
del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne,

4 a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que
seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu.

5 Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas
los que viven según el espíritu, lo espiritual.


6 Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida
y paz,

7 ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se
someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden;

8 así, los que están en la carne, no pueden agradar a Dios.