Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Zacarías 8, 10-19

10 Porque hasta estos días no había paga para los hombres ni paga
para el ganado; paz ninguna había, a causa del enemigo, para el que salía y
entraba, y yo había dado rienda suelta a todos los hombres unos
contra
otros.

11 Pero ahora ya no soy yo para el Resto de este pueblo como en días
pasados, oráculo de Yahveh Sebaot.

12 Porque hay simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra dará su
producto y los cielos darán su rocío; yo daré en posesión al Resto de este
pueblo todas estas cosas.

13 Y sucederá que así como habéis sido maldición entre las naciones,
casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré yo, y seréis
bendición; ¡no
tengáis miedo, y que se reafirmen vuestras manos!

14 Pues así dice Yahveh Sebaot: Como yo había decidido haceros
mal, cuando me irritaron vuestros padres - dice Yahveh Sebaot - y no me
arrepentí de ello,

15 así en cambio he decidido en estos días hacer bien a Jerusalén y a
la casa de Judá: ¡no temáis!


16 He aquí las cosas que debéis hacer: Decid verdad unos a otros;
juicio de paz juzgad en vuestras puertas;

17 mal unos contra otros no meditéis en vuestro corazón, y juramento
falso no améis, porque todas estas cosas las odio yo, oráculo de Yahveh.

18 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

19 «Así dice Yahveh Sebaot: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del
quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se convertirán para la
casa de Judá en regocijo, alegría y faustas solemnidades. Amad, pues,
la
verdad y la paz.»