2Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. 3Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. 4Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. 5Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: "Zaqueo, baja pronto 6Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. 7Al verlo, todos murmuraban diciendo: "Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador." 8Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: "Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres 9Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abrahán, 10pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido." 11Mientras la gente escuchaba estas cosas, añadió una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. 12Dijo, pues: "Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. 13Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva." 14Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros." 15"Cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. 16Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas." 17Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno! 18Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas." 19Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades." 20"Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo 21pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo 22Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo 23pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." 24Y dijo a los presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas." 25Dijéronle: "Señor, tiene ya diez minas." 26- "Os digo que a todo el que tiene, se le dará 27"Y a esos enemigos míos, que no querían que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí." 28Y dicho esto, marchaba por delante, subiendo a Jerusalén. 29Al aproximarse a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 30diciendo: "Id al pueblo que está enfrente 31Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis?", diréis esto: "Porque el Señor lo necesita." 32Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho. 33Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: "¿Por qué desatáis el pollino?" 34Ellos les contestaron: "Porque el Señor lo necesita." 35Y lo trajeron a Jesús 36Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino. 37Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que habían visto. 38Decían: "¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas." de sus discípulos. 39Algunos de los fariseos que estaban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos." 40Respondió: "Os digo que si éstos se callan gritarán las piedras." 41Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, 42diciendo: "¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. 43Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, 44te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita." del Templo. 45Entró en el Templo y comenzó a echar fuera a los que vendían, 46diciéndoles: "Está escrito: Mi Casa será Casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!"