Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Baruc 6, 29-57

29 ¿Cómo, en efecto, podrían llamarse dioses? Son mujeres las que
presentan ofrendas ante estos dioses de plata, oro y madera.

30 Y en sus templos los sacerdotes se están sentados, con las
túnicas
desgarradas, las cabezas y las barbas rapadas y la cabeza descubierta;

31 y vocean chillando delante de sus dioses como hacen algunos en un
banquete fúnebre.

32 Los sacerdotes les quitan la vestimenta para vestir a sus mujeres y sus

hijos.

33 Si alguien les hace daño o favor, no pueden darle su merecido.
Ni

pueden poner ni quitar rey.

34 Tampoco son capaces de dar ni riquezas ni dinero. Si alguien les hace
un voto y no lo cumple, no le piden cuentas.

35 Jamás libran a un hombre de la muerte, ni arrancan al débil de
las
manos del poderoso.


36 No pueden devolver la vista al ciego, ni liberar al hombre que se halla
en necesidad.

37 No tienen piedad de la viuda ni hacen bien al huérfano.

38 A los peñasos sacados del monte se parecen esos maderos recubiertos
de oro y plata, y sus servidores quedan en vergüenza.

39 ¿Cómo, pues, se puede creer o afirmar que son dioses?

40 Más aún, los mismos caldeos los desacreditan cuando, al ver a un mudo
que no puede hablar, lo llevan donde Bel, pidiéndole que le devuelva el habla,
como si este dios pudiera percibir.

41 Y no pueden ellos, que piensan, abandonar a sus dioses que no sienten

nada.

42 Las mujeres, ceñidas de cuerdas, se sientan junto a los casminos

quemando como incienso el salvado,

43 y, cuando una de ellas, solicitada por algún transeúnte, se acuesta con
él, reprocha a su vecina de no haber sido hallada digna como ella y de no haber
sido rota su cuerda.

44 Todo lo que se hace en honor de ellos es engaño. ¿Cómo, pues, se puede
creer o afirmar que son dioses?

45 Han sido fabricados por artesanos y orfebres, y no son cosa que lo que
sus artífices quieren que sean.

46 Los mismos que los han fabricado no duran mucho tiempo; ¿cómo,
pues, van a ser dioses las cosas fabricadas por ellos?

47 Sólo mentira y oprobio han dejado a su posteridad.

48 Y cuando les sobrevienen guerras o calamidades, los
sacerdotes
deliberan entre sí dónde esconderse con ellos.

49 ¿Cómo, pues, no darse cuenta de que no son dioses los que no pueden
salvarse a sí mismos de la guerra ni de las calamidades?

50 No siendo otra cosa que madera dorada y plateada, se reconocer
reconocerá más tarde que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes,
quedará claro que no son dioses, sino obras de manos de hombres, y que no hay
en ellos obra alguna de un dios.

51 ¿A quién, pues, no parecerá evidente que no son dioses?

52 No pueden poner rey en un país, ni dar a los hombres la lluvia.

53 No saben juzgar sus pleitos, ni liberar y proteger al agraviado, porque
son incapaces; como cornejas son entre el cielo y la tierra.

54 Pues si llega a prender el fuego en la casa de esos dioses de
madera,
dorados y plateados, sus sacerdotes escaparán y se pondrán a salvo,
pero ellos
serán, como postes, presa de las llamas.

55 Tampoco pueden resistir a rey ni a ejército enemigo.
56 ¿Cómo pues, admitir o creer que son dioses?

57 Ni de ladrones y salteadores pueden defenderse estos dioses de madera,
plateados y dorados; aquéllos, más fuertes que ellos, les quitan el oro, la
plata y


la vestimenta que los recubre, y se van con ello, sin que los
dioses puedan
socorrerse a sí mismos.