Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Baruc 6, 37-42

37 No tienen piedad de la viuda ni hacen bien al huérfano.

38 A los peñasos sacados del monte se parecen esos maderos recubiertos
de oro y plata, y sus servidores quedan en vergüenza.

39 ¿Cómo, pues, se puede creer o afirmar que son dioses?

40 Más aún, los mismos caldeos los desacreditan cuando, al ver a un mudo
que no puede hablar, lo llevan donde Bel, pidiéndole que le devuelva el habla,
como si este dios pudiera percibir.

41 Y no pueden ellos, que piensan, abandonar a sus dioses que no sienten

nada.

42 Las mujeres, ceñidas de cuerdas, se sientan junto a los casminos

quemando como incienso el salvado,