Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 10, 10-20

10 En esto una mano me tocó, haciendo castañear mis rodillas y las
palmas de mis manos.

11 Y me dijo: «Daniel, hombre de las predilecciones, comprende las
palabras que voy a decirte, e incorpórate, porque yo he sido enviado ahora
donde ti.» Al decirme estas palabras me incorporé temblando.

12 Luego me dijo: «No temas, Daniel, porque desde el primer día en
que tú intentaste de corazón comprender y te humillaste delante de tu Dios,
fueron oídas tus palabras, y precisamente debido a tus palabras he venido
yo.

13 El Príncipe del reino de Persia me ha hecho resistencia durante
veintiún días, pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi
ayuda. Le he dejado allí junto a los reyes de Persia

14 y he venido a manifestarte lo que le ocurrirá a tu pueblo al fin de
los días. Porque hay todavía una visión para esos días.»

15 Al decirme estas palabras, di con mi rostro en tierra y quedé en
silencio;

16 y he aquí que una figura de hijo de hombre me tocó los labios. Abrí
la boca para hablar y dije a aquel que estaba delante de mí: «Señor mío,
ante esta visión la angustia me invade y ya no tengo fuerzas.

17 Y ¿cómo este siervo de mi Señor podría hablar con mi Señor,
cuando ahora las fuerzas me faltan y ni aliento me queda?»

18 El que tenía aspecto de hombre me tocó de nuevo y me reanimó.

19 Me dijo: «No temas, hombre de las predilecciones; la paz sea
contigo, cobra fuerza y ánimo.» Y, mientras me hablaba, me
sentí
reanimado y dije: «Hable mi Señor, porque me has confortado.»

20 Me dijo entonces: «¿Sabes por qué he venido donde ti? Y ahora
volveré a luchar con el Príncipe de Persia: cuando haya terminado, verás
que viene el Príncipe de Yaván.