Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Deuteronomio 3, 8-20

8 Así tomamos entonces, de mano de los dos reyes amorreos, el país
de Transjordania, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón

9 (los sidonios llaman al Hermón Siryón, y los amorreos lo llaman
Senir):

10 todas las ciudades de la Altiplanicie, todo Galaad y todo Basán
hasta Salká y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán.

11 (Og, rey de Basán, era el último superviviente de los refaítas:
su
lecho es el lecho de hierro que se halla en Rabbá de los
ammonitas, de
nueve codos de largo por cuatro de ancho, en codos corrientes.

12 De este país tomamos posesión entonces: desde Aroer, a orillas del
torrente Arnón, la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades se la di
a los rubenitas y a los gaditas.

13 A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán,
reino de Og: toda la confederación de Argob. (A todo este Basán es a lo que
se llama el país de los refaítas.)

14 Yaír, hijo de Manasés, se quedó con toda la confederación de
Argob, hasta la frontera de los guesuritas y de los maakatitas, y dio a Basán
su nombre que aún conserva: Aduares de Yaír.


15 A Makir le di Galaad.

16 A los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el torrente
Arnón - la mitad del torrente marcaba la frontera - y hasta el
torrente
Yabboq, frontera de los ammonitas.

17 La Arabá y el Jordán hacían de frontera, desde Kinnéret hasta el
mar de la Arabá (el mar de la Sal), al pie de las laderas del Pisgá, al oriente.
18 Yo os ordené entonces: «Yahveh, vuestro Dios, os ha dado esta
tierra en posesión. Vosotros pasaréis armados al frente de
vuestros

hermanos los israelitas, todos hombres de armas.

19 Sólo vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros rebaños (pues sé
que tenéis rebaños numerosos) quedarán en las ciudades que yo os he dado,
20 hasta que Yahveh conceda reposo a vuestros hermanos, como a
vosotros, y ellos también hayan tomado posesión de la tierra que
Yahveh
vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán; entonces volveréis
cada

uno a la heredad que yo os he dado.»