Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Eclesiástico 39, 20-27

20 No des tu corazón a la tristeza, evítala acordándote del fin.

21 No lo olvides: no hay retorno, a él no le aprovechará, y te harás
daño a ti mismo.

22 «Recuerda mi sentencia, que será también la tuya: a mí ayer, a ti te
toca hoy.»

23 Cuando un muerto reposa, deja en paz su memoria, consuélate de
él, porque su espíritu ha partido.

24 La sabiduría del escriba se adquiere en los ratos de sosiego, el que
se libera de negocios se hará sabio.


25 ¿Cómo va a hacerse sabio el que empuña el arado, y se gloría de
tener por lanza el aguijón, el que conduce bueyes, los arrea en sus trabajos y
no sabe hablar más que de novillos?

26 Aplica su corazón a abrir surcos, y sus vigilias a cebar terneras.

27 De igual modo todo obrero o artesano, que trabaja día y noche; los
que graban las efigies de los sellos, y su afán se centra en variar los
detalles;
ponen todo su corazón en igualar el modelo y gastan sus vigilias en rematar
la obra.