Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Esdras 7, 15-27

15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros
han
ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén,

16 así como toda la plata y el oro que hayas reunido de toda la
provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias que el pueblo y
los
sacerdotes hayan hecho para la Casa de su Dios en Jerusalén.

17 Con este dinero procura comprar novillos, carneros, corderos, con
las oblaciones y libaciones correspondientes, para ofrecerlo luego sobre el
altar de la Casa de vuestro Dios en Jerusalén;

18 y la plata y el oro que sobre, lo emplearéis como mejor os parezca
a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro Dios.

19 Los utensilios que se te entregan para el servicio de la Casa de tu
Dios, deposítalos delante de tu Dios en Jerusalén.

20 Lo que aún se necesite para la Casa de tu Dios y que tú tengas que
procurarte, se te dará de los tesoros reales.

21 Yo mismo, el rey Artajerjes, doy esta orden a todos los tesoreros de
Transeufratina: “Todo lo que os pida el sacerdote Esdras, Secretario de la
Ley del Dios del cielo, se lo daréis puntualmente,

22 hasta la suma de cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien
medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin tasa.

23 Todo lo que ordena el Dios del cielo, debe ser cumplido con celo
para la Casa del Dios del cielo, a fin de que la Cólera no caiga
sobre el
reino del rey y de sus hijos.

24 Os hacemos saber también que no se puede percibir impuesto,
contribución o peaje, de ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores,
porteros, donados, de ninguno de los servidores de esta Casa de Dios.”

25 «Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios, que posees,
establece escribas y jueces que administren la justicia a todo el pueblo de
Transeufratina, a todos los que conocen la Ley de tu Dios. A
quienes la
ignoran, habréis de enseñársela.

26 Y a todo aquel que no cumpla la Ley de tu Dios y la ley del rey,
aplíquesele una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o
cárcel.»

27 ¡Bendito sea Yahveh, Dios de nuestros padres, que movió de esta
manera el corazón del rey para glorificar la Casa de Yahveh en Jerusalén,