Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ester 8, 3-15

3 Ester volvió a suplicar al rey, cayendo a sus pies, llorando y
ganando su benevolencia, que anulara la maldad de Amán, el de Agag, y los
proyectos que había concebido contra los judíos.

4 Extendió el rey el cetro de oro y tocó a Ester, que se puso en pie en
presencia del rey.

5 Dijo ella: «Si al rey le parece bien, y si he hallado gracia a sus ojos,
si la petición le parece justa al rey y yo misma soy grata a sus ojos, que se
escriba para revocar los decretos escritos por Amán, hijo de Hamdatá,
de
Agag, y maquinados para hacer perecer a los judíos de todas las provincias
del rey.

6 Porque ¿cómo podré yo ver la desgracia que amenaza a mi pueblo y
la ruina de mi gente?»

7 El rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: «Ya
he dado a la reina Ester la hacienda de Amán, a quien he mandado colgar de
la horca por haber alzado su mano contra los judíos.


8 Vosotros, por vuestra parte, escribid acerca de los judíos, en nombre
del rey, lo que os parezca oportuno, y selladlo con el anillo del rey. Pues
todo lo que se escribe en nombre del rey y se sella con su sello,
es
irrevocable.»

9 Fueron convocados al momento los secretarios del rey, en el mes
tercero, que es el mes de Siván, el día veintitrés, y escribieron,
según las
órdenes de Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los inspectores y a los
jefes de todas las provincias, desde la India hasta Etiopía, a las
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provincias, a cada provincia según su escritura y a cada pueblo
según su
lengua, y a los judíos según su lengua y escritura.

10 Escribieron en nombre del rey Asuero y lo sellaron con el anillo
del rey. Se enviaron las cartas por medio de correos, jinetes en caballos de
las caballerizas reales.

11 En las cartas concedía el rey que los judíos de todas las ciudades
pudieran reunirse para defender sus vidas, para exterminar,
matar y
aniquilar a las gentes de todo pueblo o provincia que los atacaran con las
armas, junto con sus hijos y sus mujeres, y para saquear sus bienes,

12 y esto en un mismo día, en todas las provincias del rey Asuero, el
trece del mes doce, que es el mes de Adar.

13 Una copia de este escrito debía ser publicada como ley en todas las
provincias y promulgada en todos los pueblos; y los judíos debían
estar
preparados aquel día para vengarse de sus enemigos.

14 Los correos salieron con celeridad y a toda prisa, empleando los
caballos de las caballerizas reales, según la orden del rey; la ley también fue
promulgada en la ciudadela de Susa.

15 Cuanto a Mardoqueo, salió de la presencia del rey espléndidamente
vestido de púrpura violeta y lino blanco, con una gran diadema de
oro y
manto de lino fino y púrpura; la ciudad de Susa se llenó de gozo y alegría.