Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ezequiel 16, 14-36

14 Tu nombre se difundió entre las naciones, debido a tu belleza, que
era perfecta, gracias al esplendor de que yo te había revestido - oráculo del
Señor Yahveh.

15 Pero tú te pagaste de tu belleza, te aprovechaste de tu fama para
prostituirte, prodigaste tu lascivia a todo transeúnte entregándote a él.

16 Tomaste tus vestidos para hacerte altos de ricos colores y te
prostituiste en ellos.

17 Tomaste tus joyas de oro y plata que yo te había dado y te hiciste
imágenes de hombres para prostituirte ante ellas.

18 Tomaste tus vestidos recamados y las recubriste con ellos; y
pusiste ante ellas mi aceite y mi incienso.


19 El pan que yo te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel
con que yo te alimentaba, lo presentaste ante ellas como calmante aroma. Y
sucedió incluso - oráculo del Señor Yahveh -

20 que tomaste a tus hijos y a tus hijas que me habías dado a luz y se
los sacrificaste como alimento. ¿Acaso no era suficiente tu prostitución,

21 que inmolaste también a mis hijos y los entregaste haciéndoles
pasar por el fuego en su honor?

22 Y en medio de todas tus abominaciones y tus prostituciones no te
acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas completamente
desnuda, agitándote en tu sangre.

23 Y para colmo de maldad - ¡ay, ay de ti!, oráculo del Señor Yahveh

-

24 te construiste un prostíbulo, te hiciste una altura en todas las plazas.

25 En la cabecera de todo camino te construiste tu altura y allí

contaminaste tu hermosura, entregaste tu cuerpo a todo
transeúnte y
multiplicaste tus prostituciones.

26 Te prostituiste a los egipcios, tus vecinos, de cuerpos fornidos,
y
multiplicaste tus prostituciones para irritarme.

27 Entonces yo levanté mi mano contra ti. Disminuí tu ración y te
entregué a la animosidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se
avergonzaban de la infamia de tu conducta.

28 Y no harta todavía, te prostituiste a los asirios; te
prostituiste sin
hartarte tampoco.

29 Luego, multiplicaste tus prostituciones en el país de los
mercaderes, en Caldea, y tampoco esta vez quedaste harta.

30 ¡Oh, qué débil era tu corazón - oráculo del Señor Yahveh - para
cometer todas estas acciones, dignas de una prostituta descarada!

31 Cuando te construías un prostíbulo a la cabecera de todo camino,
cuando te hacías una altura en todas las plazas, despreciando el salario, no
eras como la prostituta.

32 La mujer adúltera, en lugar de su marido, toma ajenos.

33 A toda prostituta se le da un regalo. Tú, en cambio, dabas regalos a
todos tus amantes, y los atraías con mercedes para que vinieron a ti de los
alrededores y se prestasen a tus prostituciones.

34 Contigo ha pasado en tus prostituciones al revés que con las otras
mujeres; nadie andaba solicitando detrás de ti; eras tú la que pagabas, y no
se te pagaba: ¡ha sido al revés!

35 Pues bien, prostituta, escucha la palabra de Yahveh.

36 Así dice el Señor Yahveh: Por haber prodigado tu bronce y
descubierto tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todas
tus abominables basuras, por la sangre de tus hijos que les has dado,