Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Gálatas 2, 8-20

8 - pues el que actuó en Pedro para hacer de él un apóstol de los
circuncisos, actuó también en mí para hacerme apóstol de los gentiles -

9 y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago,
Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano
en señal de comunión a mí y a Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles
y ellos a los circuncisos;

10 sólo que nosotros debíamos tener presentes a los pobres, cosa que
he procurado cumplir con todo esmero.

11 Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a
cara, porque era digno de reprensión.

12 Pues antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en
compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, se le
vio
recatarse y separarse por temor de los circuncisos.

13 Y los demás judíos le imitaron en su simulación, hasta el punto de
que el mismo Bernabé se vio arrastrado por la simulación de ellos.

14 Pero en cuanto vi que no procedían con rectitud, según la verdad
del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives
como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?»

15 Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a
pesar de todo,

16 conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley
sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo
Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y
no por las
obras de la ley, pues por las obras de la ley = nadie será justificado. =

17 Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que
también nosotros somos pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado?

¡De ningún modo!


18 Pues si vuelvo a edificar lo que una vez destruí, a mí mismo me
declaro transgresor.

19 En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios:
con Cristo estoy crucificado:

20 y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo
al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se
entregó a sí mismo por mí.