Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 24, 19-38

19 Y en acabando de darle, dijo: «También para tus camellos voy a
sacar, hasta que se hayan saciado.»

20 Y apresuradamente vació su cántaro en el abrevadero y corriendo
otra vez al pozo sacó agua para todos los camellos.

21 El hombre la contemplaba callando para saber si Yahveh había
dado éxito o no a su misión.

22 En cuanto los camellos acabaron de beber, tomó el hombre un
anillo de oro de medio siclo de peso, que colocó en la nariz de la joven, y
un par de brazaletes de diez siclos de oro en sus brazos,

23 y dijo: «¿De quién eres hija? Dime: ¿hay en casa de tu padre sitio
para hacer noche?»

24 Ella le dijo: «Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Najor.»

25 Y agregó: «También tenemos paja y forraje en abundancia, y sitio
para pasar la noche.»

26 Entonces se postró el hombre y adoró a Yahveh,

27 diciendo: «Bendito sea Yahveh, el Dios de mi señor Abraham, que
no ha retirado su favor y su lealtad para con mi señor. Yahveh me ha traído
a parar a casa del hermano de mi señor.»

28 La joven corrió a anunciar a casa de su madre todas estas cosas.

29 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán. Este corrió donde el
hombre, afuera, a la fuente.

30 En efecto, en cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos de
su hermana, y oyó decir a su hermana Rebeca: «Así me ha hablado aquel
hombre», se llegó a donde él. Le encontró todavía junto a los
camellos
cerca de la fuente,

31 y le dijo: «Ven, bendito de Yahveh. ¿Por qué te quedas parado
fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para los camellos?»


32 El hombre entró en la casa, y Labán desaparejó los camellos, les
dio paja y forraje, y al hombre y a sus acompañantes agua para lavarse los
pies.

33 Después les sirvió de comer, pero el otro dijo: «No comeré hasta
no haber dicho lo que tengo que decir.» A lo que respondió Labán:

«Habla.»

34 «Yo soy, dijo, siervo de Abraham.

35 Yahveh ha bendecido con largueza a mi señor, que se ha hecho
rico, pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y
esclavas,
camellos y asnos.

36 Y Sara, la mujer de mi señor, envejecida ya, dio a luz un hijo a mi
señor, que le ha cedido todo cuanto posee.

37 En cuanto a mí, mi señor me ha tomado juramento, diciendo: “No
tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuyo país
resido.

38 ¡Como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela a tomar mujer
para mi hijo...!”