Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 26, 16-32

16 Entonces Abimélek dijo a Isaac: «Apártate de nuestro lado, porque
te has hecho mucho más poderoso que nosotros.»

17 Isaac se fue de allí y acampó en la vaguada de
Guerar,
estableciéndose allí.

18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían cavado los
siervos de su padre Abraham, y que los filisteos habían cegado después de
la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que les había puesto
su padre.

19 Cavaron los siervos de Isaac en la vaguada y encontraron allí un
pozo de aguas vivas.

20 Pero riñeron los pastores de Guerar con los pastores de Isaac,
diciendo: «El agua es nuestra.» El llamó al pozo Eseq, ya que se
habían
querellado con él.

21 Excavaron otro pozo, y también riñeron por él: lo llamó Sitná.

22 Partió de allí y cavó otro pozo, y ya no riñeron por él: lo
llamó
Rejobot, y dijo: «Ahora Yahveh nos ha dado desahogo, y prosperaremos en
esta tierra.

23 De allí subió a Berseba.

24 Yahveh se le apareció aquella noche y dijo: «Yo soy el Dios de tu
padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y
multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo.»

25 Allí construyó un altar e invocó el nombre de Yahveh. Allí
desplegó su tienda, y los siervos de Isaac perforaron allí un pozo.

26 Entonces Abimélek fue a donde él desde Guerar, con Ajuzat, uno
de sus familiares, y Pikol, capitán de su tropa.

27 Díceles Isaac: «¿Cómo es que venís a mí. vosotros que me odiáis y
me habéis echado de vuestra compañía?»

28 Contestaron ellos: «Hemos visto claramente que Yahveh se ha
puesto de tu parte, y hemos dicho: “Ea, haya un juramento entre nosotros,
entre tú y nosotros, y vamos a hacer un pacto contigo,

29 de que no nos harás mal, como tampoco nosotros te hemos tocado
a ti; no te hemos hecho sino bien, y te hemos dejado ir en paz, ¡oh bendito
de Yahveh!”»

30 El les dio un banquete, y comieron y bebieron.

31 De madrugada, se levantaron y se hicieron mutuo juramento; luego
Isaac les despidió, y se fueron en paz de su lado.

32 Aquel mismo día llegaron unos siervos de Isaac y le dieron la
noticia del pozo que habían cavado, diciéndole: «Hemos hallado agua.»