Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 30, 19-38

19 Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob.

20 Y dijo Lía: «Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora sí que me
apreciará mi marido, pues le he dado seis hijos.» Y le llamó Zabulón.

21 Después dio a luz una hija a la que llamó Dina.

22 Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno,


23 y ella concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios
mi
afrenta.»

24 Y le llamó José, como diciendo: «Añádame Yahveh otro hijo.»

25 Cuando Raquel hubo dado a luz a José, dijo Jacob a Labán:

«Déjame que me vaya a mi lugar y a mi tierra.

26 Dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he servido, para
que me vaya; pues bien sabes bajo qué condiciones te he servido.»

27 Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo estaba bajo un
maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.»

28 Y agregó: «Fíjame tu paga, y te la daré.»

29 Respondióle: «Tu sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu
ganado conmigo:

30 bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya se ha multiplicado
muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada. Pues bien: ¿cuándo voy
a hacer yo también algo por mi casa?»

31 Dijo Labán: «¿Qué he de darte?» Respondió Jacob: «No me des
nada. Si haces por mí esta, volveré a apacentar tu rebaño. Fíjate bien:

32 Voy a desfilar hoy con todo tu rebaño. Aparta toda oveja negra y
las cabras pintas y manchadas, y eso será mi paga,

33 y la garantía de mi honradez el día de mañana. Cuando te presente
a controlar mi paga, todo lo que no fuere pinto y manchado entre las cabras
y negro entre los corderos, será lo que he robado.»

34 Dijo Labán: «Bien, sea como dices.»

35 Y aquel mismo día apartó los machos cabríos listados y
manchados, todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como todo lo negro
entre las ovejas, y lo confió a sus hijos,

36 interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este último
apacentaba el resto del rebaño de Labán.

37 Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de álamo, de
almendro y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas, dejando al
descubierto lo blanco de las varas,

38 e hincó las varas así labradas en las pilas o abrevaderos a
donde
venían las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que
éstas se
calentaban al acercarse a beber.