Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 42, 20-36

20 Luego me traéis a vuestro hermano menor; entonces se verá que
son verídicas vuestras palabras y no moriréis.» - Así lo hicieron ellos. -

21 Y se decían el uno al otro: «A fe que somos culpables contra
nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos pedía que tuviésemos
compasión y no le hicimos caso. Por eso nos hallamos en esta angustia.»

22 Rubén les replicó: «!? Nos os decía yo que no pecarais contra el
niño y no me hicisteis caso? ¡Ahora se reclama su sangre!»

23 Ignoraban ellos que José les entendía, porque mediaba un intérprete
entre ellos.

24 Entonces José se apartó de su lado y lloró; y volviendo donde ellos
tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos.

25 Mandó José que se les llenaran los envases de grano, que se
devolviera a cada uno su dinero en la talega, y que se les
pusiera
provisiones para el camino; así se hizo con ellos.

26 Ellos pusieron su cargamento de grano sobre los burros, y se
fueron de allí.

27 Al ir a hacer noche, uno de ellos abrió su talega para dar pienso a
su burro, y vio que su dinero estaba en la boca de la talega de grano.

28 Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero; lo tengo aquí
en mi talega.» Se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo:

«¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?»

29 Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus
aventuras, diciéndole:

30 «El hombre que es señor del país ha hablado con nosotros
duramente y nos ha tomado por espías del país.

31 Nosotros le hemos dicho que éramos gente de bien y no espías,

32 que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de
nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con
nuestro
padre en Canaán.


33 Entonces nos dijo el hombre que es señor del país: “De este modo
conoceré si sois gente de bien; dejad conmigo a uno de vosotros, tomad lo
que hace falta en vuestras casas y marchaos

34 a buscarme a vuestro hermano pequeño. Así conoceré que no sois
espías, sino gente de bien. Entonces os entregaré a vuestro hermano y
circularéis libremente por el país.”»

35 Ahora bien, cuando estaban vaciando sus talegas, he aquí que cada
uno tenía su dinero en la talega, y tanto ellos como su padre, al
ver las
bolsas, sintieron miedo.

36 Su padre Jacob les dijo: «Me dejáis sin hijos: Falta José, falta
Simeón, y encima vais a quitarme a Benjamín. Esto acabará conmigo.»