Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 11, 3-29

3 diciéndole: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con
ellos.»

4 Pedro entonces se puso a explicarles punto por punto diciendo:

5 «Estaba yo en oración en la ciudad de Joppe y en éxtasis vi una
visión: una cosa así como un lienzo, atado por las cuatro puntas, que bajaba
del cielo y llegó hasta mí.

6 Lo miré atentamente y vi en él los cuadrúpedos de la tierra, las
bestias, los reptiles, y las aves del cielo.

7 Oí también una voz que me decía: “Pedro, levántate, sacrifica y
come.”

8 Y respondí: “De ninguna manera, Señor; pues jamás entró en mi
boca nada profano ni impuro.”

9 Me dijo por segunda vez la voz venida del cielo: “Lo que Dios ha
purificado no lo llames tú profano.”

10 Esto se repitió hasta tres veces; y al fin fue retirado todo de nuevo
al cielo.

11 «En aquel momento se presentaron tres hombres en la casa donde
nosotros estábamos, enviados a mí desde Cesarea.

12 El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Fueron también
conmigo estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre.

13 El nos contó cómo había visto un ángel que se presentó en su casa
y le dijo: “Manda a buscar en Joppe a Simón, llamado Pedro,

14 quien te dirá palabras que traerán la salvación para ti y para toda tu
casa.”

15 «Había empezado yo a hablar cuando cayó sobre ellos el Espíritu
Santo, como al principio había caído sobre nosotros.

16 Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: = Juan
bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. =

17 Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros,
por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos
a Dios?»


18 Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: «Así
pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la
vida.»

19 Los que se habían dispersado cuando la tribulación originada a la
muerte de Esteban, llegaron en su recorrido hasta Fenicia, Chipre y
Antioquía, sin predicar la Palabra a nadie más que a los judíos.

20 Pero había entre ellos algunos chipriotas y cirenenses que, venidos
a Antioquía, hablaban también a los griegos y les anunciaban la Buena
Nueva del Señor Jesús.

21 La mano del Señor estaba con ellos, y un crecido número recibió la
fe y se convirtió al Señor.

22 La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y
enviaron a Bernabé a Antioquía.

23 Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a todos
a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor,

24 porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una
considerable multitud se agregó al Señor.

25 Partió para Tarso en busca de Saulo,

26 y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos
durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre.
En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el
nombre de «cristianos».

27 Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
28 Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu, se levantó y

profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierra, la que hubo en
tiempo de Claudio.

29 Los discípulos determinaron enviar algunos recursos, según las
posibilidades de cada uno, para los hermanos que vivían en Judea.