Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 21, 4-24

4 Habiendo encontrado a los discípulos nos quedamos allí siete días.
Ellos, iluminados por el Espíritu, decían a Pablo que no subiese a Jerusalén.
5 Cuando se nos pasaron aquellos días, salimos y nos pusimos en
camino. Todos nos acompañaron con sus mujeres e hijos, hasta las afueras

de la ciudad. En la playa nos pusimos de rodillas y oramos;

6 nos despedimos unos de otros y subimos a la nave; ellos se
volvieron a sus casas.

7 Nosotros, terminando la travesía, fuimos de Tiro a Tolemaida;
saludamos a los hermanos y nos quedamos un día con ellos.

8 Al siguiente partimos y llegamos a Cesarea; entramos en casa de
Felipe, el evangelista, que era uno de los Siete, y nos hospedamos
en su
casa.

9 Tenía éste cuatro hijas vírgenes que profetizaban.

10 Nos detuvimos allí bastantes días; bajó entre tanto de Judea un
profeta llamado Ágabo;

11 se acercó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató sus pies y
sus manos y dijo: «Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los
judíos en
Jerusalén al hombre de quien es este cinturón. Y le entregarán en manos de
los gentiles.»

12 Al oír esto nosotros y los de aquel lugar le rogamos que no subiera
a Jerusalén.


13 Entonces Pablo contestó: «¿Por qué habéis de llorar y destrozarme
el corazón? Pues yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, sino a
morir
también en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.»

14 Como no se dejaba convencer, dejamos de insistir y dijimos:

«Hágase la voluntad del Señor.»

15 Transcurridos estos días y hechos los preparativos de
viaje,
subimos a Jerusalén.

16 Venían con nosotros algunos discípulos de Cesarea, que nos
llevaron a casa de cierto Mnasón, de Chipre, antiguo discípulo, donde nos
habíamos de hospedar.

17 Llegados a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría.

18 Al día siguiente Pablo, con todos nosotros, fue a casa de Santiago;
se reunieron también todos los presbíteros.

19 Les saludó y les fue exponiendo una a una todas las cosas que Dios
había obrado entre los gentiles por su ministerio.

20 Ellos, al oírle, glorificaban a Dios. Entonces le dijeron: «Ya
ves,
hermano, cuántos miles y miles de judíos han abrazado la fe, y todos son
celosos partidarios de la Ley.

21 Y han oído decir de ti que enseñas a todos los judíos que viven
entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden
a sus hijos ni observen las tradiciones.

22 ¿Qué hacer, pues? Porque va a reunirse la muchedumbre al
enterarse de tu venida.

23 Haz, pues, lo que te vamos a decir: Hay entre nosotros cuatro
hombres que tienen un voto que cumplir.

24 Tómalos y purifícate con ellos; y paga tú por ellos, para que se
rapen la cabeza; así todos entenderán que no hay nada de lo que ellos han
oído decir de ti; sino que tú también te portas como un cumplidor de la Ley.